RABIA
El hombre, a la inversa del perro, se torna hidrófobo (sufre espasmos violentos cuando ve o trata de beber agua). Frecuentemente experimenta ataques de terror y de depresión nerviosa, presentando tendencia a la vociferación, los alaridos y la agresividad, con accesos de furia, alucinaciones visuales y auditivas, babas y delirio. Ese período de extrema excitación dura cerca de tres días, y enseguida le sigue la etapa de parálisis, más rápida y menos común en los hombres que en los animales.
Es entonces cuando se observa parálisis fláccida del rostro, de la lengua, de los músculos de la deglución, de los oculares, y de las extremidades de los miembros. Más tarde, la perturbación puede extenderse a todo el cuerpo. A veces, la enfermedad puede manifestar una evolución diferente: surge como parálisis progresiva de las extremidades y luego se generaliza. Pero sea cual fuere el tipo. La rabia siempre presenta una evolución inexorablemente fatal para el paciente.
Por lo general es de 2 a 8 semanas y a veces puede ser de solo 5 días o durar un año o más. Depende de la magnitud de la herida, el sitio de la laceración en relación con la cantidad de nervios y la distancia del cerebro, la cantidad de virus introducidos, la protección conferida por la ropa, etc.
Período de Transmisibilidad
En los perros y gatos de 3 a 10 días antes de que comiencen inicios y durante todo el curso de la enfermedad.
Susceptibilidad y resistencia
Todos los mamíferos de sangre caliente son susceptibles.
Datos epidemiológicos actuales
El mayor riesgo de contraer rabia se encuentra en África, Asia y Latinoamérica, ya sea por animales salvajes (zorros, gatos, mangostas, murciélagos, monos, chacales, lobos, etc.), o con mayor frecuencia por perros
El continente asiático tiene la mayor cantidad de casos de rabia en seres humanos, ya que representa más del 95% de todos los casos mundiales, y unas 35.000 muertes por año.
En 1983, la OMS informó que la rabia causaba 50.000 muertes anuales en países donde la enfermedad es endémica, en particular Asia y el subcontinente indio.
Si bien afecta a todas las edades, la rabia se observa con mayor frecuencia en niños menores de 15 años, con unos 40 casos producidos en niños de entre 5 y 14 años de edad.
El último caso de rabia humana contraída en Francia se informó en 1924. Sin embargo, entre 1970 y 1996, se registraron 17 casos de rabia en Francia provocados por contaminación en el extranjero (en el sub-Sahara africano, África del Norte, Madagascar y México). En Francia, la rabia es una enfermedad importada.
Estrategias de inmunización
Recomendada anteriormente sólo a individuos que tuvieran un riesgo profesional (médicos veterinarios, personal de laboratorios especializados, matarifes, taxidermistas, y guardabosques), la vacunación antirrábica se recomienda actualmente a los viajeros, incluyendo niños mayores de 12 meses, que estén planificando un viaje prolongado a una zona
Además, la vacuna antirrábica se administra a las personas que hayan estado en contacto con un animal que pueda tener rabia. Esta vacuna, que requiere cinco inyecciones, es el equivalente al “tratamiento posterior a la exposición”. Según la gravedad de la mordedura, en ocasiones se la combina con una dosis de inmunoglobulinas rábicas. Hasta la fecha, representa el único tratamiento efectivo para la rabia. La vacuna neutraliza el virus antes de que pueda alcanzar el cerebro; una vez que el virus infectó el cerebro, el resultado de la enfermedad es siempre fatal. El objetivo de esta inmunización es derrotar con rapidez al virus durante el período de incubación de la enfermedad.
Vacunas disponibles
Actualmente, las vacunas se preparan en base a cultivos celulares. Existen varios tipos de vacuna disponibles, que varían de país en país. Se utilizan varios substratos, incluyendo células diploides humanas (HDCV, vacuna de células diploides humanas), un linaje de células de riñón de mono (Vero), células de embrión de pollo, o células fetales de mono.